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lunes, 8 de diciembre de 2014

Natación en aguas abiertas


La natación en aguas abiertas es una modalidad de la natación. Por las particularidades que presenta  requiere de una preparación diferente a la natación tradicional.
Al desarrollarse en un medio abierto, las condiciones climatológicas pueden variar imprevistamente introduciendo un incontrolable que no está presente en la natación en pileta. Por ello pasar de un medio cerrado y estable (donde habitualmente se entrena) a uno abierto y variable requiere de una notable adaptación vinculada a una cantidad de sensaciones corporales diversas, percepción del contexto que permuta y captación de uno mismo en esa situación.
El nadador debe lidiar con las corrientes, el oleaje, los remolinos, turbulencias y la temperatura del agua. Asimismo debe habituarse a nadar con traje de neoprene con el que tiene otras sensaciones corporales.
En pruebas de larga distancia, al igual que en las maratones, existen avituallamientos. Los nadadores se acercan a embarcaciones, donde se les provee de bebida y comida apropiada a las circunstancias. Es fundamental que aprenda a ingerir alimentos y conveniente que lo practique en entrenamientos largos.
Algunos de estos aspectos, por su intensidad o su reiteración pueden ocasionar la aparición de conductas de naturaleza ansiógena en el deportista, como ser: sensaciones incertidumbre, de encierro, (aunque parezca paradójico), de soledad, de agitación, de ahogo, etc.

El psicólogo deportivo puede ser convocado a intervenir en ese proceso de adaptación de un medio a otro.
El trabajo psicológico comprende:
- Que el deportista repare en las variables que no controla, para no malgastar energía en ellas. No controla la temperatura del agua, el oleaje, el clima, las corrientes, cantidad de competidores, etc. Focalizar en estos aspectos conduce a una queja continua y a sentirse frustrado. Por el contrario, el nadador controla, su actitud, su voluntad, modificaciones en la técnica de crol adaptadas al medio abierto (respirar para los dos lados, levantar la cabeza para divisar boyas o pontones, etc.), su concentración, el control de sus ojos, qué tipo de auto diálogo va a tener durante la travesía, su equipo, etc.
- Proveer al nadador de herramientas que lo conduzcan a entrar de una manera relajada al mar/río. El nadador debe tomar conciencia qué zonas de su cuerpo son más vulnerables a la tensión y trabajar para su relajación en los momentos previos a la entrada al agua.
- Colaborar con el deportista para que pueda discriminar qué situaciones lo pueden desestabilizar. Trabajar esas escenas mediante visualizaciones y elaborar rutinas de refocalización en el caso que se produjeran en el agua.
- Elaborar junto con el entrenador ejercicios que simulen el medio abierto: nadar en pelotón (y no exclusivamente por andarivel), hacer ejercicios donde el nadador sea "molestado" por sus compañeros, organizar entrenamientos en distintos medios abiertos, hacer ejercicios de largada con la sirena, etc.
- Segmentar los eventos de larga duración en partes más cortas donde cada etapa tenga un objetivo específico: hace a que el nadador mantenga la motivación al conseguir exitosamente las metas parciales y ayuda a mantener la concentración reconduciendo la misma de unos estímulos significativos a otros.
- Ayudar a que el nadador observe el entorno y encuentre sus propios puntos de referencia, (algo del paisaje, un barco anclado, edificaciones llamativas) que hagan al encuadre de la actividad. Las boyas puede no divisarlas por el oleaje y tener de guía a otro participante puede hacerlo errar el rumbo, si éste se pierde.

Para concluir, la natación en aguas abiertas requiere tanto de una gran resistencia física como de una elevada capacidad de adaptación, un buen control emocional, un elevado nivel de autoconfianza y la capacidad de superar eventuales dificultades. Habilidades que pueden adquirirse y optimizarse mediante el trabajo psicológico.

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