Así
en el Universo como en la Tierra…
nuestras cabezas
La escena pertenece a la
película Gravedad, y transcurre en un lugar remoto: a 600 km de nuestro planeta
entre un astronauta experimentado y una doctora
novel en misiones espaciales, que sufren el peor de los inconvenientes,
quedar varados en el espacio y no poder volver a la Tierra.
Pero este tipo de diálogos también
puede darse en el interior de nuestras cabezas en circunstancias menos drásticas.
¿Cuántas veces, en situaciones de presión o de temor se nos dispara un
autodiálogo ensordecedor, que no para, que no encuentra punto de anclaje ni de
referencia como el de la Dra. Stone? ¿Cuántas veces en situaciones menos
desfavorables colapsamos ante una voz interior que lo califica todo de adverso?
Timothy Gallwey escribió acerca de la existencia de dos “yoes” en su libro “El juego interior
del tenis”. El Yo Número Uno es el yo que habla, es esa voz interior
crítica y controladora, basada en el miedo y en la duda de sí mismo que no crea
un entorno favorable para un buen desempeño, tanto en el deporte, como en la
vida. En cambio el Yo Número Dos es el yo que actúa, es el ejecutor de la
acción y “capaz de experimentar toda una amplia gama de sentimientos los cuales
representan el aspecto más humano de la vida”. Este yo lo escucha todo (por eso es sensible a la crítica del Yo Número Uno), nunca olvida nada y
después de ejecutar una acción eficaz sabe exactamente qué músculos utilizar
para hacerlo de nuevo. Eso no se le olvidará nunca porque forma parte de su
naturaleza. El Yo Número Dos tiene en
su memoria un reservorio de acciones que ha almacenado en base a acciones propias realizadas en el pasado como las que
ha observado en otras personas. Se maneja por imágenes más que por palabras.
En la película la Dra. Stone
se comporta como el Yo Número Uno,
no pudiendo cumplir con los procedimientos requeridos a causa de su
desesperación, de juzgar los hechos, de etiquetarlos como desfavorables. (Ej. cuando
se queda a la deriva sus dichos son: ”no puedo, no veo, no sé, no tengo”)
En cambio Matt Kowalsky
mantiene la calma, da órdenes concretas, certeras, sabe qué es lo que hay que
hacer en todo momento, cumpliendo así una función más cercana al Yo Número Dos.
(“Yo sólo soy el conductor del autobús”, dice)
https://www.youtube.com/watch?v=L5ayuNkTNGs
https://www.youtube.com/watch?v=L5ayuNkTNGs
¿Qué podemos hacer nosotros
en lo cotidiano de las experiencias deportivas cuando el flujo ininterrumpido
del Yo Número Uno interfiere en el desempeño del Yo Número Dos?
- Tal cual como hace Matt
con la Dra. Stone, al Yo Número Uno hay
que darle una labor, una tarea para que se entretenga y no moleste.
En varias escenas Matt le
pregunta a la Doctora por sus parámetros y también le pide que le cuente cómo
es un día típico en la ciudad en que ella reside. Se aprecia en esos momentos
que la Dra. Stone respira con calma y habla de manera más relajada.
En el deporte cada vez que nos
agitamos en exceso o nos ponemos tensos perdemos precisión, flexibilidad, eficacia
y no pensamos con claridad. Timothy Gallwey recomienda a los jugadores de tenis
observar las costuras de la pelota en su trayecto hacia la raqueta. En otras
disciplinas como ser el running, el ciclismo o la natación el concentrarse en
el ritmo respiratorio puede ser una labor interesante o contar brazadas,
pedaleadas, zancadas, etc.
- Otro punto es que el Yo Número Uno hable de las cosas tal
cual son, que describa la situación sin juzgar los hechos como buenos o malos. (“El
tanque está vacío pero hay oxígeno en tu traje. Toma sorbos no tragos, vino no
cerveza. ”)
- Apelar al sentido del
humor para descomprimir frente a circunstancias que no podemos
controlar (en el video Matt dice “tengo una noticia buena y una noticia mala…”)
- Reconocer los puntos
fuertes, los objetivos logrados y el sacrificio aumentan la confianza en el
Yo Número Dos
- Con el psicólogo deportivo
del equipo es aconsejable trabajar en qué momentos se disparan esas “interferencias”
entre los dos yoes y cómo es el tono
de esa "charla". Trabajar sistemáticamente para tener una imagen
clara del objetivo a conseguir y aprender a sacar enseñanzas tanto de las
victorias como de los fracasos.
“El
máximo rendimiento requiere una desaceleración mental.”
T.
Gallwey
Fuentes:
El
juego interior del tenis – W. Timothy Gallwey - Editorial Sirio
1997
Nota publicada en Triatloners (Salud/Deportología) con el título:
"Nuestras cabezas, las dos voces: la que nos dice “pará”
y la que nos obliga a seguir" marzo/abril 2015
Nota publicada en Triatloners (Salud/Deportología) con el título:
"Nuestras cabezas, las dos voces: la que nos dice “pará”
y la que nos obliga a seguir" marzo/abril 2015
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