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lunes, 2 de junio de 2014









El envés del revés:
Un ejemplo de intervención en lesiones


"Entonces tuve también la suerte
(¡aunque entonces no pensaba que lo fuera!)
 de sufrir una herida en el cuello que tardó meses en cicatrizar.
 Ni pensar en sostener el instrumento con la cabeza.
Debía sostener el violín en el aire,
usando sólo las más pequeñas contracciones musculares,
un ligero impulso dinámico de apoyo que subía y
 bajaba por los nervios del brazo izquierdo
 sin atarse o ligarse jamás a ningún punto.
Esta experiencia me enseñó a tocar sin peso
y a lograr la comodidad.
Me descubrí prestando minuciosa atención a los grupos musculares
mientras tocaba: cómo se desarrollaban; cómo se fortalecían;
la sensación agradable de la fatiga;
 cómo al aumentar la variedad de formas de tocar,
 aumentaban también mi grado de relajación y de fortalecimiento
 de todo el cuerpo."
El sexo y los violines - Free Play - La improvisación en la vida y en el arte –
Stephen Nachmanovitch




Pilar, tenista mujer de 18 años,  diestra,  se le produce tendinitis de muñeca izquierda, entre el último Future del año y un Challenger. Lesión que la deja alrededor de 20 días sin poder competir pero que no le impedía continuar con sus entrenamientos. Es una jugadora que pega revés a dos manos. Inicia la sesión diciendo “Qué lesión de mierda”, ya que venía trabajando y mejorando el revés. La invito a que se haga amiga de la lesión ya que va a portarla hasta que se cure. Pensamos juntas en el inicio, cuáles eran los beneficios secundarios de esa lesión y refiere haber practicado el revés con slice, golpe que no era frecuente en su estilo de juego. Los beneficios secundarios son aquellos que otorgan una ganancia suplementaria o utilización por parte del sujeto de una enfermedad/lesión ya constituida.

Más adelante va a decir que su entrenador le dice que la ve más ágil de piernas ya que para compensar la falta de revés, hace más uso del drive invertido. Ella no había reparado en el incremento de su velocidad de piernas hasta ese momento.
En sesión durante su rehabilitación hicimos visualización de puntos ejecutados de revés con ambos brazos. En los momentos cercanos al alta intensificamos esta práctica ya que era una de sus herramientas fundamentales. Al principio visualizaba el golpe hecho con soltura, luego le fuimos sumando desafíos: hacerlo con mayor intensidad, hacerlo con mayor profundidad, hacerlo con mayor precisión, sobre las líneas. Pilar visualizaba que ponía la bola profunda, rápida sobre la línea dejando a su rival parada. Pilar manifestaba sentir calor sobre la lesión cuando realizábamos dicho ejercicio.
Finalmente llegó el alta médica y Pilar empezó a pegar el revés a dos manos el día anterior al torneo. Ganó el primer partido 5/7; 6/1; 6/4. En relación a dicho partido refirió que en el principio le costó “soltar” el revés. Empezó a hacer uso de la visualización para el saque en los cambios de lados y el revés a dos manos suelto. Aumentó el porcentaje de primeros saques. Seguramente el hecho de no contar plenamente en su revés hizo que Pilar optimizara el saque, golpe con plena influencia tanto en el resultado final como en la confianza del jugador.
No hizo muchos tantos con el revés pero sí con el revés con slice. Se sintió cómoda con el revés cruzado durante ese primer partido. El hecho de haber padecido esta lesión hizo que Pilar, al igual que el autor de la frase del epígrafe, experimentara nuevos desarrollos de su sensibilidad.

Seleccioné esta viñeta para ejemplificar las intervenciones de la Psicología Deportiva en las lesiones del deportista.
Entiendo al deportista como una entidad psicosomática, por ello concibo que existe una interacción permanente entre lo que sucede en la vida anímica y lo que acontece en el cuerpo y viceversa.
La lesión provoca una ruptura brusca del equilibrio orgánico,  que impacta en la posibilidad o no de practicar el deporte. Demandará además un determinado tiempo de recuperación y rehabilitación.
Si bien las lesiones tienden a generar que los sujetos en general  vuelquen todo su interés sobre el cuerpo y más precisamente sobre la zona afectada, en los deportistas esto es aún más intenso por el hecho de ser el cuerpo su herramienta de trabajo, fuente de valoración,  elemento de potencia y rendimiento.
Las labores del psicólogo deportivo en relación a las lesiones son muchas y variadas:
- en relación a la prevención de lesiones, diagnosticar a aquellos atletas que tienen dificultad en poner en palabras sus afectos, ya que ellos son más vulnerables a canalizar en lo corporal las conflictivas de orden emocional y los más propensos a desarrollar cuadros depresivos o colapsos severos de la autoestima.

Cuando la lesión ya ha ocurrido, el psicólogo puede:
- trabajar con el deportista, su familia y entrenadores sobre la significación que tiene la lesión
- aprovechar a desarrollar aspectos psicológicos, técnicos o estratégicos que se vuelven relevantes gracias a la existencia de la lesión
- abordar la comparación con otros compañeros de entrenamiento o atletas conocidos que hayan tenido la misma lesión y considerar quién los trató, cuánto tiempo les llevó recuperarse y retomar las actividades, secuelas que le quedaron, actividades que realizaron en el tiempo de paro
- incentivar al deportista a que realice en el tiempo de pausa aquella actividades que está impedido de efectuar durante la competencia y/o entrenamiento
- ayudar a soportar la dependencia o asistencia de  otros si la lesión le imposibilitara moverse por sí solo
- trabajar en la relación lesión magnitud de la respuesta psicológica: a veces una lesión grave “pareciera” no provocar ninguna respuesta emocional en el atleta y otras veces, un traumatismo leve los hace sentir impotentes

- si hubiera intervención quirúrgica trabajar el temor, la ansiedad y las fantasías que ella genera.  Los pros y contras de la operación.




(Artículo publicado en Luján Deportivo en mayo de 2013)






De cábalas y rutinas

La edición 2013 de Wimbledon trajo muchas sorpresas. Nadal fue eliminado por Darcis en primera ronda, Federer fue eliminado por  Sergiy Stakhovsky, en segunda ronda. También sucedió algo similar en el cuadro femenino con la eliminación temprana de Sharapova, Sara Errani, Ana Ivanovic, Jelena Jankovic y Caroline Wozniacki, hubo un tendal de abandonos por lesiones diversas y para finalizar Andy Murray se coronó Campeón del Torneo.
Otra de las sorpresas fue la aparición de Dustin Brown (Ránking 189)  que eliminó en segunda vuelta al otrora campeón de Wimbledon (2002), Lleyton Hewitt.  Brown abunda en peculiaridades, 1,96m de altura, sus rastas, su juego poco ortodoxo, sus variadas nacionalidades (nació en Alemania, hijo de madre alemana y  padre jamaiquino, participó en el 2003, en la Copa Davis representando a Jamaica y luego debido a la falta de apoyo financiero de ese país al tenis, estuvo por representar a Inglaterra ya que tiene una abuela inglesa), etc. Una singularidad de Brown durante el juego es el hecho de pedir determinadas pelotas en su turno de saque. No se dirige, como es costumbre, al fondo de la cancha a recibir las que lanzan los ball boys, sino que pide aquella con la que se jugó el último punto. Podríamos preguntarnos si esto es una cábala o una rutina.
Una cábala en lenguaje coloquial significa una suposición, una conjetura asociada a algún tipo de ritual que se desarrolla con la esperanza de lograr un determinado objetivo o tener buena suerte. Por ejemplo, levantarse con el pie derecho para tener un buen día, “tocar madera” para no ser abandonado por la buena suerte, usar un amuleto en determinadas circunstancias, etc. En deporte, por lo general los atletas repiten determinados actos y portan ciertos objetos que asocian con buenos rendimientos o resultados exitosos y evitan los que relacionan con malas experiencias. “Si me pongo tal remera, con la que gané tal torneo, sé que me va a ir bien”, “Siempre que me pongo este vestido, pierdo”,  “Si toco el rosario antes de sacar, meto los saques”, etc. El deportista realiza la cábala como un intento de tener bajo control lo que no puede controlar, y con un objeto/acción que por lo general no tiene relevancia en el contexto de la competencia. Las cábalas son rígidas e irracionales.
Si Dustin Brown hace que le alcancen la pelota del último punto, porque con ella hizo el tanto, como si fuera una “pelota ganadora”, estaríamos en presencia de una cábala.
Pero por otro lado, podría tratarse de una rutina si lo hace para perdurar focalizado en la ejecución de su saque, o para mantenerse concentrado/ “ocupado” en algo y no pensar en que está en circunstancias de presión (tener que cerrar un game/set/match; salvar un match point; sostener un quiebre, etc.). También si lo hace para tener la confianza y la regulación emocional ideales para optimizar la ejecución de su saque. Teniendo en cuenta que Dustin Brown ganó muchos puntos en ese partido con Hewitt,  con la táctica de saque y volea, podría pensarse que este comportamiento buscaba despertar en él las sensaciones imprescindibles para obtener de su servicio el mejor rédito posible.
Gracias al uso de las rutinas los deportistas no piensan demasiado. En el caso del tenis, se incentiva su empleo en los tiempos muertos (entre puntos y cambios de lado) donde rápidamente pueden asaltarlos las dudas y preocupaciones con hipótesis de cualquier tipo: “¿Qué pasaría si hago doble falta?”, “¿Qué pasaría si no cierro este game/set?”, “¿Qué pasaría si gano este partido?”, etc. Las rutinas sirven para mantener la cabeza en el tiempo presente, en el aquí y ahora, bloqueando todo tipo de distractores, tanto internos como externos. Se caracterizan por ser flexibles ya que se adaptan a las eventualidades del contexto deportivo.

El psicólogo deportivo:
·   hace tomar conciencia al atleta que las cábalas que realiza no se relacionan con su rendimiento, que si va a apostar su desempeño a un objeto o conducta, qué sentido tendría entrenar diariamente
·    colabora con el deportista para que pueda identificar sus momentos vulnerables durante la competencia
·  ayuda al atleta a elaborar rutinas para realizar en dichos momentos y que se comprometa a desarrollarlas de manera sistemática
·   familiariza al deportista con el uso de rutinas que sirven para: regular la emoción, aumentar la confianza y focalizar la atención que trae aparejado un alto desempeño estable en el tiempo

Según las neurociencias, el cerebro humano se maneja mejor con las certidumbres. Es posible que el ser humano recurra a las cábalas cuando se ve amenazado por la incertidumbre, lo que es habitual en el contexto deportivo.  Es nuestra labor con los atletas que esas “certezas” provengan de variables que ellos pueden controlar: la concentración en su plan de juego, sus emociones, sus pensamientos y su autoconfianza.

“Cuando me enfrento a situaciones cruciales sólo pienso en lo que trato de lograr. Cualquier temor es una ilusión. Parece que hay un obstáculo en el camino pero en realidad no existe.  Lo que sí existe es la oportunidad de hacer el mejor esfuerzo y obtener éxito”
“Mi Filosofía del Triunfo”, Michael Jordan

(Artículo publicado en Luján Deportivo en julio de 2013)



domingo, 1 de junio de 2014







"No me siento una top ten"

La tenista italiana Sara Errani se ha convertido en la revelación de Roland Garros 2012 al clasificarse Campeona de Dobles junto a Roberta Vinci y Subcampeona de Singles tras perder con María Sharapova. Sus recientes declaraciones al respecto fueron: “no creía demasiado en que podía ganar a las mejores”, “no me siento una top ten. Pero lo soy y se hace raro”, “me sorprendió que tanta gente me animase”, “quiero pensar que no es normal que llegue a las finales de un Gran Slam”.
Hace unos meses Paula Ormaechea, compatriota nuestra, nos sorprendía en el Abierto de Australia sorteando la etapa de clasificación y luego ganando en primera ronda contra la 50 del mundo. En esa oportunidad le preguntaron acerca de sus ídolos y nombró a las hermanas Williams, que ella se formó admirándolas en especial a Serena. Ante la posibilidad de jugar contra ella contestó: “Creo que le daría la mano y me voy. No me imagino en una cancha con ella”. Paula tiene 19 años y era su debut en un Grand Slam.
Salvando las distancias entre ambas, se trata de dos tenistas que están insertándose en lugares de mayores exigencias y se están enfrentando con sus ídolos.  Tienen que familiarizarse con estas nuevas instancias de competición. Pero este tipo de frases a veces habitan en la cabeza de deportistas avezados (de cualquier disciplina), que ya pasaron las instancias del debut. Cabe preguntarse qué pasa con ellos que siempre “tropiezan con la misma piedra”, en este caso, tropiezan con determinados jugadores a quienes sistemáticamente no pueden vencer, con quienes no pueden desarrollar todo su potencial.  
Toda competencia tiene un componente agonístico que se relaciona con la lucha con el rival.
Desde el psicoanálisis podríamos pensar que en tanto y en cuanto el rival ocupe un lugar de semejante, estos deportistas pueden con él, mientras que se les complica cuando el adversario es un ídolo y ocupa en la psiquis del jugador un lugar vinculado a la figura paterna.  Crecer, alcanzar la madurez (aún en el deporte) implica ocupar el lugar del padre, y éste es un acto agresivo. De ahí la lucha generacional típica de la adolescencia. Podemos conjeturar entonces que algo se les juega con la culpa y el temor a las consecuencias de vencer al padre, de destronarlos  y hacerles perder su lugar. En la jerga deportiva popular es conocida la frase “los tenemos de hijos”  propias de equipos que ostentan supremacía sobre otros.
Por eso es una tarea del entrenador y del psicólogo indagar acerca del significado que el deportista o equipo le atribuye a cada rival. El entrenador orquestará los recursos en aras del buen desempeño en función de las características del oponente. Y al psicólogo le cabe despejar qué encarna ese rival en el psiquismo del atleta, a qué figura significativa de su historia puede remitir.

(Artículo publicado en Luján Dep en junio de 2012)

Las respuestas de enojo: Baghdatis y su ira



El video nos muestra una escena que protagonizara Marcos Baghdatis en el Abierto de Australia 2012.  Es interesante para abordar un tema frecuente en los deportes que son los ataques de furia o rabietas de los deportistas.
En principio podemos decir que todo comportamiento tiene una finalidad, si el jugador realiza ese acto es porque para algo le sirve. Esto no significa que el comportamiento sea efectivo, como por ejemplo en este caso, para afrontar el estrés competitivo.
El sentirse nervioso puede ser una situación muy incómoda para un deportista en una competencia, ya que lo remite a tener o sentir miedo. Ante este cuadro algunos “prefieren” sentir rabia o enojo así tienen un “cierto” manejo de la situación, advierten que así la controlan y no se sienten desamparados. Es una de las tácticas que los jugadores utilizan para sobrellevar mejor los nervios.
El romper raquetas, revolear pelotitas a las tribunas o manifestar exageradamente frustración o enojo son mecanismos de defensa frente a la angustia. Ésta surge por lo general en momentos especiales, en el caso del tenis, por ejemplo puede darse ante reiteradas dobles falta, en un break point, en un set point, ante un fallo adverso, cuando se pierde con quien se debiera ganar, cuando el partido se va de las manos, etc.
¿Qué se puede hacer con este tipo de deportistas para que cambien de comportamiento?
- Filmar los partidos. Los deportistas toman conciencia de cómo reaccionan ante la adversidad o los momentos críticos y el impacto de verse “desde afuera” produce efectos positivos
- Adquirir un conjunto de rutinas y atenerse a ellas sobre todo en los momentos en que se empieza a sentir temor o nerviosismo
- Entrenar y competir para dar el 100% a nivel físico y emocional
- Trabajar en la visualización de situaciones adversas, cómo se quiere manejarlas tanto en lo físico como en lo mental
- Transmitir una imagen física positiva y serena en las situaciones desfavorables
- Diseñar un plan de juego concreto y tomar el compromiso de seguirlo
.
Básicamente se trata de trabajar con el deportista para que oriente esa energía que malgasta, en cosas que puede controlar como ser: la concentración, el ritmo respiratorio, su voluntad de entrenar, su persistencia en el esfuerzo más allá de los resultados, su diálogo interior y su actitud de lucha.
Si bien estas notas fueron pensadas a partir de una situación específica en un torneo de tenis, son extensivas a cualquier disciplina deportiva. Los que transitamos el ámbito deportivo hemos visto o presenciado escenas análogas:  chicos que prorrumpen en llanto,  deportistas que discuten acaloradamente con un árbitro, peleas entre participantes, etc. Son todas reacciones ante la impotencia y frustración que produce un rendimiento no deseado.

Espero que les haya servido. Hasta la próxima